Se pudieron construir unas catedrales góticas tan altas y esbeltas gracias al uso de tres elementos nuevos: el arco apuntado, la bóveda de crucería y las vidrieras. Veamos ahora los dos primeros.
El arco apuntado está presente en la arquitectura al menos desde el siglo IX. Su uso permite una mayor verticalidad de los muros, al establecer un sistema de descargas distinto al que exige el arco de medio punto que se usaba en el arte románico.
Por su parte, la bóveda de crucería es una derivación de la bóveda de aristas románica y se basa en el empleo, al menos, de seis arcos apuntados. Cuatro arc0s apuntados, uno a cada lado (números 1 y 2) , y los otros dos arcos cruzándose diagonalmente (número 3). Sobre estos seis arcos se sitúa una obra de fábrica, que cubre el conjunto de los arcos y configura la bóveda.
Pero el arco apuntado y la bóveda de crucería, por sí mismos, no definen un edificio gótico. Para ello hay que considerar otro aspecto más interesante y verdaderamente propio del arte gótico, la teología de la luz.
El arco apuntado está presente en la arquitectura al menos desde el siglo IX. Su uso permite una mayor verticalidad de los muros, al establecer un sistema de descargas distinto al que exige el arco de medio punto que se usaba en el arte románico.
Por su parte, la bóveda de crucería es una derivación de la bóveda de aristas románica y se basa en el empleo, al menos, de seis arcos apuntados. Cuatro arc0s apuntados, uno a cada lado (números 1 y 2) , y los otros dos arcos cruzándose diagonalmente (número 3). Sobre estos seis arcos se sitúa una obra de fábrica, que cubre el conjunto de los arcos y configura la bóveda.
Pero el arco apuntado y la bóveda de crucería, por sí mismos, no definen un edificio gótico. Para ello hay que considerar otro aspecto más interesante y verdaderamente propio del arte gótico, la teología de la luz.
Así se configura el templo gótico, como un espacio de altos muros en los que los vanos proliferan. El riesgo de su desplome quedará eliminado con otra aportación técnica, el arbotante (número 4), un arco externo en el que se apoya la bóveda, descargando su peso hasta el exterior por medio de los contrafuertes (número 5) y los pináculos (número 6).
Dibujo 1: bóveda de cañón (arte románico) Dibujo 2: bóveda de aristas (arte gótico)
Los edificios góticos son más altos y luminosos que los románicos. Su estructura se apoya en los pilares, los arbotantes y los contrafuertes, y no en los muros como ocurría en el arte románico. De este modo los muros son más ligeros, desaparecen para ser sustituidos por ventanales multicolores. El templo gótico pasó a considerarse una especie de jaula abierta a ese mensaje de Salvación que llegaba a los fieles por boca de los sacerdotes. En las iglesias góticas nada parecía tener peso. Gracias a una compleja técnica constructiva y al arte de la vidriera, todo parecía tener una gran ligereza e ingravidez.
1 comentario:
Enhorabuena, José Ignacio, por este blog que has comenzado. Es todo un reto, ahora tendrás que alimentarlo continuamente para que siga creciendo.
Las entradas que has puesto me han gustado mucho: claras y didácticas.
Espero que sigas en esta línea.
Un abrazo
Carlos
Publicar un comentario